Las redomas de una escritura creativa urbana.
¡Que ciudad! Llena de aparatos inservibles, rastros, fantasmas y fantasias tecnicas. Quisiera tener un poco de tiempo para pensar en ello; no es posible con tanta finura intelectual convertida en finta. Barbarie libresca; cancer corrosivo del asfalto, nutre a los ciudadanos con informacion en lugar de rodajas de platano enlatadas. Que decepcion posmoderna; vaya tedio. La interaccion se ha convertido en vacio fuera de mi particula sociologica. Jamas lograra consagrarse a modo de un vocablo propio para describir un ramillete de colores pastel. La idea de lo ubano asi vista nace muerta antes de ser algo: alarido, exclamacion o pequeña queja. Despierto de la ilusion y vuelvo a inetrcambiar el espacio locativo con un telefono descompuesto. Hay tantos aparatos que arreglar en este taller que creo mas partinente la vuelta a la bodega. Ahi las novedades son mas frecuentes que los desencantos entre pares. Perdemos la comunicacion por tanto ensimismarnos con su calidad; no hay a quien comunicar cuando el humorismo historico suele ser menos que recatado. Pierdo interes en ello cada vez que lo urbano abre sus alas para arropar un esqueleto virtualizado hasta el cansancio por la nada historicista; el deseo de fragmentar implicito en el discurso callejero; el borron del gandalla. Mirar al otro como enemigo tiene sus consecuencias. Equivocarse es opcional en el asfalto cotidiano. Que tedio escuchar esa nada vacia de emociones radiofonicas, televisadas, telefonicas. La muerte de lo urbano es una sensacion frecuente cuando su apariencia lo ha colmado casi todo de tedio y palabra reciclada. Con suerte y esa particulita se convertira en idea con respecto a lo sociografico en la ciudad laminada. Me pregunto si la juventud sociologica continuara siendo (¿o ha sido?) un arma de destruccion masiva en esta ciudad. Quizas en otras latitudes la vision sea un poco mas promisoria en su careta de autores.
Ubicar un objeto es razonar lo urbano donde lo sea y no puede ser en una ciudad poetica subterranea por vocacion mas que por necesidad. La posmodernidad nos hace ser subterraneos razon mediante por que en su justa ecuacion con lo sensorial adquirimos consciencia de nuestra transitoriedad en este mundo donde ser subterraneo "en la web" es alternativo a un modo de vida natural o bien, positivable. El arbitro de la memoria urbana siempre tendra que ir adelante de una carretilla llena de ladrillos y despojos deconstruidos pues en ello radica su normalizacion segun una lectura practica de la regulacion del pensamiento sociologico vigente. Por suerte los objetos han sido meros bocetos de un modelo por venir no muy encantado que digamos pues la razon posmoderna quiere ser talisman de ello. En la busqueda del modelo de ciudadano feliz los gobiernos nos han fallado lo suficiente como para recomenzar a diario. El consenso es practicamente inexistente al respecto. Aun no encuentro ni a ese ciudadano subdito de su propia felicidad ni tampoco mi pretexto para armar esa historia; quizas construir. Lo subterraneo urbano es sigiloso y permanente sin causar mucha controversia momentanea. Lo juvenil ha cedido su ir y venir a lo subterraneo. Esta categoria urbana alguna vez tuvo un destello de luz basado en el trabajo de Glantz y Agustin. Encontrarse con sus contra textos es un regocijo a los ojos pocas veces sentido en un devenir urbano preocupado por el antes y despues de una identidad cada vez mas tecnificada por desconocidos donde esa felicidad no ha podido aglutinarse de modo consensual. Hablar de "subterraniedad" es hablar de estrategia diafana en lo que sentimos y pensamos cotidianamente. Quizas el problema sea precisamente que lo cotidiano ha dejado de ser para muchos de nosotros, lo urbanos sin latinizacion de nuestro ser. Arrojados por una mano invisible y razon superior a quien(nes) suscribe(n) nuestros programas cognitivos se vuelven mercancia de facil circulacion en un mundo desposeido de tal felicidad. No hay mucho que indagar en ello. Las prisiones individuales continuan ostentanto las mismas configuraciones desde que Pepe el Toro cayo a galera. Argenticos, Chilenos y Peruanos han avanzado en la configuracion de la argamaza que aglutina lo social. Habra que tener cuidado con los fogones al interperie. En tierra de poca videncia suelen abundar.
La carta de Atenas se ha convertido para mi en una especie de registro policiaco que permite bajo su buena lectura describir lo urbano cuando podria haber sido un protodocumento el cual fungiera como valuarte para describir las famelicas masas de las paredes que han dejado de ser muros por nuestra falta de consciencia antaño clasista. Un aprendiz de antropologo del lenguaje escrito al encontrar un documento alambicado se pregunta si es pertinente darlo a la luz publica antes de que adquiera la mayoria de edad y tres siglos despues sea descubierto por los entusiastas del conocimiento escrito. Durkheim sugiere un modo de oir intelectivo a las reglas de su metodo sociologico donde ver equivale a arbitrar la ciudad comprendida como cosa. Si las cosas son hechos a priori o no ese es un problema en extenso que me excede por el momento. Las masas son cosas a razon de ser comprensibles cientificamente hablando. Las magnánimas me superan en razón y emoción localizada pues en conjunto suelen ver mejor que un par de ojos con un tercero en discordia.
Ese modo de oir se difumina entre las calles fantasmagoricas de un placer por transitar olvidado hasta su reificacion tecnica. He ahi el dilema de un Hamlet que modela un catalogo versatil propio de nuestra posmodernidad. El sentido del oido y la vista se disocian en una disonancia prosperta ante mi ausencia de alfabetizacion visual. C'mo reconciliarme con ellas es aun un problema extenso desde que pretendi construir un modelo zoloogico para armarme de valor y surcar la ciudad eternamente ideada por la filosofia alemana. Los autores italianos son mas mesurados, en mi parecer, con respecto a lo desconocido a simple vista. Entre esos dos polos 'esta carta de Atenas se ha convertido en un retorno balsamico al mal que significa decir nada con muchas palabras como si la ciudad tuviera un apartado tecnico para "tallerear" la escritura interactiva con un objeto proteiforme a razon de su proximidad con objetos construidos por nosotros mismos: el objeto urbano. La transformacion ha sido sugerida por un Lipovetsky reificado en su version de aplicacion para telefonia movil. Desconozco el origen y validacion en tales rudimentos sensitivos aunque utiles. No tendriamos que molestarnos por esos usos de un documento constructivo pues es el modo en que la sociedad urbana se apropia de lo sociologico correspondiente mientras los profesionales tecnicos de la ciudad administran el tiempo heuristico. Ha sido esta estratigrafia urbana mientras recorro el mismo sendero desde hace aproximadamente siete años en modo cientifico; su presencia ha sido sugerida por una banca de madera. La metodologia basada en esa columna estratigrafica significa un aporte util para narrar segun miro el metodo. Estratigrafia significa aqui ser subterraneo en algun momento en la experiencia urbana. La estrategia descubierta mata la ciudadania, por ello el procer se esconde en las letras cuando su credito es mas bueno que el de un factor urbano. Lo ha descubierto entre lineas: la diferencia entre un ciudadano y un civilizado es un cronida. Por tal razon la idea cientificamente mediada es verdadera segunYañez: vivimos en un pueblo de mujeres enlutadas que persiguen a un simio que -motocicleta en ciernes- ha despojado a un conglomerado de fabriles de la flor mas bella de su ejido por venir. Sirva este como escarmiento a su belleza metropolitana. La esencia del alambique no tiene orientacion axiologica precisa por ello creo que podria ser propedeutica a una escritura sutil. Quien espera clase de una escritura en ciernes sirve para metafisico; no para alambiquero.
Profundizar en sus pasos es opcional como creer que se cree. Cuando Enrique VIII se preguntaba a quien habia que gobernar a un ciudadano o un subdito inaguró un modo de ver lo urbano realmente colorido; quizas un poco alejado de nuestras realidades latinomericanas porque oimos de otro modo y vemos en otro mas. Mientras una obra se gesta la gente oye muchas psicofonias y sociofonias que no comprende si es que son intelegibles para un transeunte como urbanopitecus. Dejar que la filiacion a la urbe repose como una moneda de cambio cotidiana convertida en panacea de lo urbano es dificil que logre reconstituirse como un concepto operativo a ultranza. Que avenida aguarda.
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