Ciudadanos sustituidos por un apodo.
Estimado lector, dispenseme esta apresurada misiva/epistola sociológica para que esta ciencia no se diluya en lo diafano del tiempo urbano.
En un reciente libro el cual no he tenido oportunidad de leer en torno a la antropologia humanista mexicana, se lee entre lineas que el proyecto humanizador por parte de tal parcialidad de la razon moderna va viento en popa. Desconozco las matemáticas en general pues conozco poco acerca de metodos estadisticos, lo suficiente para inferir que las cuatro formulas generales con las cuales se da cuenta de la estructura matematica universal (la matematica) difiere de sus parcialidades a razon de ser limitidas (las matematicas) con lo cual aquel adagio segun el cual hacer mucho con poco es propio de tal razonamiento. Sueño iconoclasta medieval de la moderna razon tecnica. La combinacion exacta, no se si decir perfecta, de numeros hiperboreos es un lenguaje segun un musico italiano, antes que ciencia. Tal razonamiento quizás provenga de los griegos quienes tenían lenguajote, lenguaje, lenguajito y lenguajaya, etc., mas nunca ciudades para armar y desarmar ex profeso.
La ciudad se convierte en un "purgatorio" del lenguaje salvo en la medida en que tiene algo interesante que decir. Para sus eruditos, la eternidad deja de ser medida humana como sucede con las utopías urbanas al estilo de Campanella. Quizas Canetti lo haya expuesto de modo mas que elegante.
Don Robert ha dilatado tres años en aprender a hacer piñatas en su localia dentro de un barrio popular en la Ciudad Capital. Cuando se le cuestiona arguye que es a causa de unas señoras parlanchinas que viven en las proximidades de su hogar; su casa mejor dicho. Con el dinero que su sobrino gana como funcionario publico es imposible crear un hogar. A diferencia de las casas los hogares se hacen con tezon; hay quienes dicen, se construyen. Quienes viven en ellas son vividores, no, son ciudadanos. Tal es la funcion de un politico, convencernos de que asi son las cosas. No lo creo.
Esa sutileza habitacional, a semejanza del invento llamado Linea 3 del Tren Urbano tapatio, no es idea ni creacion propia. Las prisas propias en bicicleta son prisas dobles en tiempos del bluetooth activado-desactivado. Quienes ven la ciudad, gratitud aparte, es porque algo les interesa ademas de meros numeros; cifras e indicadores aritméticos. Es cuestionable les interese su historia por la historia simplificada en forma de boletín dominical. Es responsable (...) que la ciudad les interese cuando están enamorados; antes ni sus luces. Son las doce del mediodía y Alejandro, el yerbero, no me ha despertado. Para los fisiocratas de la historiografia la ciudad es un ente vivo que olvida con frecuencia las subjetividades en la estructura osea. Para los organicistas, tiene mas de musical que de pintoresca. Recordar se convirtio en una terapeutica de tal fisiocrasia el dia en que al ciudadano comun se cuestiono como tal dentro de una ciudad que cada vez le parecia mas extraña e impersonal. Adorno hace propio el cuestionamiento en forma de estandarizacion urbana pero ¿Nuestro autor ha cautivado verdaderamente el espiritu sociourbano que a la sociologia le compete?
La idea de la ciudad historica no es tampoco idea mía sino de un tal Coulanges. Algunos otros historiografos urbanos oficiales por necesidad tecnica mas que por vocacion, son quienes sostienen que los griegos cocinaban fuera de sus viviendas a causa de la ausencia espacial en sus modicas viviendas hechas a base de terracota y madera. No es extraño que la historia de la ciudad o urbana sea mas un artificio o un tecnicismo literario que una realidad concreta. Quizas una odisea escrita mas que un proyecto basico en sociologia urbana. Si los estilos de vida estan mas que predefinidos en una ciudad donde lo expectable se resguarda tan bien durante los proximos 300 años entonces solo queda hablar de ello. En la epoca prehelenica los griegos no tenian a Pericles ni tampoco ostentosas crateras, a decir verdad, dudo que fueran mediterráneos hasta fechas recientes. Tambien cuestionaria, si pudiera, que hayan tenido a un macho como deidad aunque si a un animal bastante oscuro el cual en terminos miticos aristotelicos representaria al caos pristino. Me pregunto con la ignorancia propia de un presunto lector si el lugar donde guardaban una olla de barro no podria haber servido para construir una especie de tarima a manera de segundo piso donde cocinar. Los tapatios con frecuencia pregunta a modo de muletilla un ¿vez? vacio e impersonal lleno de algoritmos arcaicos sin sentido para el minimo lector promedio de una ciudad tan distinguida en terminos culturales: cuestion de escrupulos.
A don Robert le dejo de gustarle el futbol, su deporte preferido en la niñez. Alguna vez me contaron que segun eso, los buenos siempre eran los mismos y acababan casados con las chicas mas guapas. Casi todas ellas tenian papas abogados o politicos quienes despues del ejercicio civico concluian como maestros de escuela. El balon en su ir y venir nunca estuvo cautivo por la razon escolastica: no sirve para jugar cuando se le convierte en reliquia museologica. Durante la Edad Media ilustrada los frailes convinieron en ofrecerle al pueblo una teoria con la cual se comprendiese el designio divino convertido en salvacion. No hay estadisticas domesticas en torno a ello hasta que un antropologo americano comenzo a contar el numero de imagenes religiosas disponibles en las vecindades. Los espacios multifamiliares nacieron cuando la ciudad dejo de tener una subjetividad propia y con ello una "identidad" cultural. Subjetivar la ciudad comenzo a convertirse en un problema (epifenomeno) de lo historico urbano cuando nos dimos cuenta que habia parcialidades de la historia que poco a poco se convertian en recursos no renovables. Cito con ello a Don Luis Gonzalez y Don Luis "pirata" Fuente.
Don Robert gusta de la raicilla cuando tiene tiempo y dinero. Nunca le han gustado las matematicas y no hay por que "espolearlo" cuando no es necesario. Alguna vez quiso aprender a pintar pero la vida le deparo ese destino, ser aficionado al alambique.
Comentarios
Publicar un comentario