Una tarde off-set.
Antes de abordar al transporte publico pensaba si era pertinente abordarlo por enesima ocasion o bien, caminar hasta mi punto referencial. Temia por que lloviera, porque en la lluvia recuerdo. Hay cosas de las cuales un transeunte no deberia recordar con frencuencia; en modo episodico, referir aquello que se encuentra proximo como una soda, area verde o un horizonte imaginario. A veces carezco de la imaginacion correspondiente a lo que quiero decir y por ello salgo a pasear un poco. Para mi, esos paseos son un logro porque salir de mi habitacion es un reto continuo debido a que no soy yo quien me he estacado en tal situacion sino la opinion mediatizada. Me pregunto cuando comence a ser tan obediente con lo que no entiendo.
A veces me embarga la pregunta por qué aprendemos a leer cuando estamos abajo que cuando nos encontramos viajando en una nube. Es esa pregunta propia de un humanista, un montessoriano o de un aprendiz de hombre preocupado por unas maquinas o sencillamente un "urbanauta"? No soy especialista en educacion ni profesor; como lector disto mucho de leer el acervo suficiente para responder una pregunta tan burda. Quizas porque desde pequeños algunos asociamos la paciencia con la muerte, la mujer y los transtornos del lenguaje. La escritura nunca ha sido novedad olimpica. Quizas nunca lo sea como el ajedrez. Razones hay para pensar en su inminente matrimonio y la pobreza que trae consigo a un lector competente. Las avideces son cosas de sabios con alto copete.
Cuando gustaba leer comics me preguntaba en qué momento la nave espacial haria una pausa para cargar combustible. La "teoria" social me indicaba que esas preguntas eran para extractores y profesores en ciernes por ello era mal visto "hacerse" esas preguntas. Quizas en detrimento de ello, teniamos a Videorisa a manera de justicia grafica. No me quejo de haberlos leido sino de comprender poco su semantica popular. Aun continuo sin completar las esquematicas frases quizas por que jamas tuve acceso verdaderamente a esos estratos sociales, o bien, las experiencias ajenas me rebasaban. con el tiempo comprendi que teoria y sabiduria van de la mano; habria que decir mejor "perspectiva" o "enfoque". Quizas los comics hayan suplido con creces ese tiempo donde dibujar se volvia un tema tortuoso, tetrico y bastante serio y lejos nos quedabamos de reir. Sociologicamente, la acreditacion profesional es un fracaso tematico. Algunos sociologos nunca comprendimos a Mattelart porque aun seguimos dibujando de oidas como la estatua proxima a la Rotonda de los jaliscienses ilustres. Hay poco que rescatar de ello, mas que "lo que no hagas por ti mismo, nunca nadie lo hara". Me pregunto si alguien ha manufcturado la chic perfecta a nivel grafico. Claro que muchos sociologos no tenemos el sentido del humor para comprender a Rockolast en aleman.
Mientras divago en ello pienso en estudiar letras sin que mi madre liturgica se entere. No tengo por qué culpar a Enola Gay del helicoptero donde viajaba Blake. Los libros raros nunca han atraido la atencion de las mujeres bellas. Decir Grecia en Guadalajara es un lujo para algunos. A mi me cuesta salir de casa. Cuando el hombre aun era nomada solia memorizar los nombres de los arboles; ahora memoriza parrafos. Quizas por ello el ir y venir junto con los textos se convirtieron en una secta antes que escuela y luego filosofia; o bien, filosofia, escuela y secta. Hay quien cree que alguna vez evolucionó a satanica. A veces creo en lo que pienso aunque no en la forma. A veces no me explico racionalmente con suficiencia la relacion entre concavo y convexo para un pescador de robalos.
Al descender las escaleras de un abandonado lugar proximo a un centro sin sombra, es decir, nubarrones veraniegos, encuentro unos rastros de alguna convivencia, como si hubiese habido algunos gatos que merodeaban y quizas me vieron como un extraño en una vida anterior. A veces los espacios son asi de complicados en conocerse pues a veces lucen mejor en telefonia celular. Los evito de noche porque anteriormente los gatos de ojos azules y los grises me causaban curiosidad. Hoy a nadie espantan en la noche; quizas a algun lector ocasional de Lovecraft. Me he endeudado de ver tantos que a veces pienso que si me encontrara con un perro de color verde por la avenida Progreso tendria que platicar a la "tribe" version afrancesada de los chicos proximos al lugar donde solia vivir. Ahora son las sombras de un resguardo bajo un arbol centrico en las proximidades de un espacio publico a semejanza de una plaza comercial. Los mercados municipales ya no son lo que solian ser: nos los han convertido en "historias". Vaya tristeza. Cuando los maullidos sustituyan a las sombras que dejan los paisajes urbanos ya no quedaran hojas que barrer ni tampoco palabras que quitarle al lenguaje de los otros en aras del refinamiento. Comprender la ciudad desde un escritorio es tan simple como abordar un taxi para dirigirse a un centro comercial en solitario.
Sentado en algun lugar de plaza patria, como sucedio hace muchos años, comprendo que el dispositivo de la verdad es cada vez mas exigente con los que poco tiempo tienen por salir de casa. La visita universal obliga beber un cafe del veracruzano abrojo, y yo recuerdo mientras degluto una cita hecha a Beverido en la cual los primeros hombres de cafe se resguardaban bajo tierra. Asi nacio su bella prole mitica. A quienes tenemos miedo de enfermarnos por razones de economia cada vez nos gustan menos los libros de aventuras y exploraciones. Quizas en las buenas letras tenga mejor suerte que como explorador urbano. Guardo el vaso de papel conmigo. Alguna vez lei en alguna revista musical que Leo Fender gustaba beber su cafe en esos envoltorios tipo Seven Eleven.
Mientras reflexiono en ello (la imagen del libro comico no esta bien entintada y por ello el jaguar asemeja a un conductor de transporte) pienso nuevamente si soy apto para comprender esas configuraciones urbanas. Despues de unas consultas virtuales en un lugar especializado descubro que tin tin es inaccesible para algunos. Sus paseos en Paris causan un delirio razonado en mi cognicion porque hasta este dia no he logrado encontrar algo mas pintoresco en mi experiencia como aprendiz de francofono del nopal. Alguna vez una profesora nos sugirio leerlos hasta el cansancio; otro componer y armoniar. Lamentablemente esas buenas intenciones se marcharon y con ellas nuestra necesidad de narrar la metropoli. Ahora hay quien nos narre. Es bueno confiar en buenas manos.
Mi escritura dista de ser apolegetica del buen ritmo y refinamiento. Por tal razon evito beber te por las tardes. El abrupto cafe que me acompaña me refleja aquello que alguna vez fue y nunca mas lo sera. Pienso que si haber sido universitario no trajo conmigo mas problemas que soluciones practicas. En mi proxima descursion me preguntare en tono socarron si las soluciones no estaban mas proximas que las buenas preguntas a nivel urbano y quizas por no haber oido y visto como se debe descubrirlas como quien visita Atemajac del Valle y le toma por Comala. Quizas tal actitud es lo que me ha quedado de ese jocoso tin tin el cual cada vez menos adjetiva con creces lo que ahi, intrinseco al texto, le corresponde por meritos propios a modo de apologia del hombre que algun dia pudo haber sido. Esos picaron no merecen publicidad en estos parrafos por ello les deseamos una cordial visita al curandero de Ciudad Guzman. La gente cada vez cuida menos lo propio por tener en resguardo entelequias a diferencia de un cariñoso y jugueton perro de migajon.
La tarde continuara su decurso y con ello el transcurso de las otras letras animadas.
Alex.
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